La Chupa (o chupete) del Bebé


El chupete, o también llamado chupa, del bebé no es un invento moderno. A pesar de que cada vez salen nuevos modelos y nuevos diseños, el primer chupete moderno fue presentado en Estados Unidos en septiembre de 1900, eso sí, era muy sencillo: una tetina de goma, un aro alrededor de ésta y un aspa para sostenerlo. Desde entonces, comenzaron a hacerse populares en la década de los 30.

Actualmente existe una gran diversidad de chupas. Dos materiales básicos, látex y silicona, y tres formas de tetina, redondeada, anatómica y simétrica. La forma más recomendada es la anatómica porque es la que más se ajusta a la forma interna de la boca. El látex está más restringido por el riesgo de alergias a este material, aunque es más fácil apreciar cuándo se estropea además de que es un material más resistente a mordiscos. Con las chupas de silicona, a pesar de ser menos resistentes, ocurre que es más complicado ver cuándo están dañados. Se trata de un material más limpio que no absorbe olores ni sabores.

A la hora de lavar ambos materiales, basta con hacerlo con agua y jabón y mantenerlos en un lugar limpio y seco protegidos del polvo. También se pueden esterilizar de vez en cuando y tener en cuenta cambiarlos cada dos o tres meses.

¿Cuándo se debe usar?

Lo más recomendable es comenzar a ponerla después del primer mes, cuando la lactancia ya esté establecida. Es bueno usarla con moderación para no crear mayor dependencia. Además, los bebés necesitan tener la boca libre para experimentar con ella, hacer gorgoritos y expresarse llorando. También es bueno que no se acostumbren a una sola, y que tenga agujeros de ventilación en la base donde está anclada la tetina. Para sujetarla, jamás se debe hacer con cintas o cadenas al cuello, lo mejor es que esté suelto o sujeto con una cadena de plástico a la ropa.

“La chupa tiene tal poder sobre los bebés que en inglés es conocido como pacifier”

El gesto de mamar calma y relaja. Es bueno que aprendan a succionar, de hecho, lo necesitan y esto se puede poner en práctica con la chupa. Por eso, su uso es recomendable en casos en los que se necesita tranquilizar al bebé, si lo acepta y además le produce bienestar, podemos sacarle provecho. La chupa calma su llanto, les ayuda a conciliar el sueño y reduce el estrés y el dolor ante cosas desagradables. Al usarlo, se evita el uso del dedo en esos casos.

“Según la Asociación Española de Pediatría (AEP) está demostrado que la chupa disminuye la estancia de los niños prematuros en los hospitales y el riesgo de muerte súbita infantil”

En niños alimentados con sonda, estimula la succión y la ingestión, por lo que puede ayudar al paso a la lactancia. Además, su uso se ha vinculado con una mayor ganancia de peso, un mejor tránsito intestinal y el alta hospitalaria más temprana.

La AEP define el síndrome de muerte súbita del lactante como la muerte repentina de un niño de menos de un año cuya causa no puede ser explicada. Colocar al bebé boca arriba es el factor preventivo más conocido, pero el uso de la chupa durante el sueño, nocturno o diurno, es otro. Se produce porque favorece la correcta colocación de la lengua y la respiración y evita que obstruyan las vías respiratorias.

Una vez llegados los dos años, se recomienda quitarla, ya que puede ocasionar consecuencias en la salud dental del niño.