Según la Sociedad Española de Neurología, reírse a menudo puede suponer un aumento en los años de vida de una persona. La risa, a pesar de que no es el único indicador que forma parte de la felicidad, contribuye a ella y genera una serie de beneficios:
- Rejuvenece la piel y la tonifica: ejercita los músculos de la cara, produciendo efecto tonificante. Cuando nos reímos movemos 400 músculos.
- Libera tensiones: es el mejor desestresante y ayuda tanto a nivel mental como físico dado que eleva los músculos de la espalda y estira las cervicales, puntos donde se acumulan las mayores tensiones. Incrementa la motivación en la realización de tareas ya que libera dopamina (neurotransmisor ligado a la agilidad mental)
- Disminuye el riesgo de infartos y regula la presión sanguínea: los espasmos que se producen en el diafragma durante la risa contribuyen a fortalecer los pulmones y el corazón, lo que disminuye las posibilidades de sufrir un infarto.
- Reduce la sensación de dolor: al reír se segregan endorfinas, que poseen efectos calmantes y analgésicos.
Existen estudios que asocian un vínculo directo entre el bienestar psicológico y envejecimiento o salud a nivel celular.
Entre las cosas que se considera que más nos pueden ayudar a alcanzar la ansiada felicidad y, en consecuencia, la buena salud, están:
- Aprender a disfrutar de nuestro trabajo
- Ser más agradecidos
- Tener relaciones positivas
Es hora de ser feliz.