Las personas que este año se están jubilando o entran en la edad de jubilación nacieron en 1955. En esa década la esperanza de vida era de 64 años para las mujeres y de 59 años para los hombres. Hoy en día, España se encuentra entre los veintinueve países donde se vive más de ochenta años. Canarias es la décimo cuarta comunidad en esperanza de vida, siendo Madrid la más longeva seguida por la Comunidad Foral de Navarra.
La esperanza de vida en España de las mujeres en 2018 fue de 86 años y la de los hombres de 80 años. La diferencia es de más de 20 años con respecto a 1955. Según datos del INE, el 19,1% de la población española en 2018 era mayor de 65 años.
Los ancianos hoy en día superan, cada vez en mayor número, los 80 años y se han constituido como la cuarta edad. La llamada tercera edad goza en muchos casos de una calidad de vida inimaginable hace tan solo unas generaciones. Son independientes, conducen, practican ejercicio, desarrollan sus hobbies y, en muchos casos, cuidan de sus nietos habitualmente, convirtiéndose en mantenedores imprescindibles de la conciliación social.
Hay diferentes factores como la dieta, realizar actividad física periódica, la ausencia de conflictos sociales graves o bélicos que influyen en el envejecimiento saludable, pero sin duda, una de las claves para que sea posible es la calidad de la asistencia en el sistema sanitario. Las farmacias, entidades privadas de interés público, han demostrado ser un pilar fundamental en la red española de asistencia sanitaria. La profesionalidad y la experiencia del profesional farmacéutico ha hecho y hace de las farmacias un lugar de referencia para la salud y el bienestar. Para nuestros mayores, no solo es el lugar donde les facilitan la medicación recomendable o directamente recetada para sus dolencias, sino que son el lugar donde se les conoce, se les escucha, se les apoya y se les aconseja.
Por este motivo, el desarrollo por el servicio de artículos de ortopedia es un complemento perfecto para mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que, en la tercera o la cuarta edad, con el consejo o la propuesta del profesional farmacéutico, pueden incrementar la calidad de vida en su día a día para la tranquilidad también de sus familiares y cuidadores. Darle visibilidad al servicio de artículos de ortopedia y estar atento a las necesidades de aquellos que ya acuden a la farmacia con frecuencia es imprescindible para acercarles entre otras muchas opciones, artículos como medias de compresión, bastones, andadores, banquetas de ducha, sillas o camas articuladas, que no sabrán cuanto necesitan, hasta que forme parte de su vida.
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