INSUFICIENCIA VENOSA CRÓNICA (IVC), ¿sabes lo que es y cómo tratarla o prevenirla?
La insuficiencia venosa crónica es la patología vascular más frecuente, en especial en mujeres y personas con obesidad o sedentarias, y se caracteriza por una persistente disminución del retorno venoso desde las extremidades inferiores hacia el corazón. La disminución del retorno venoso está en relación con la pérdida de función de las válvulas venosas, con la consiguiente incapacidad para conducir la sangre procedente de las venas superficiales de las piernas hacia las venas profundas y, posteriormente, hacia las superiores, en contra de la fuerza de gravedad. Como consecuencia de ello, se genera un reflujo persistente de la sangre del sistema venoso profundo hacia los capilares que provoca hipertensión capilar creciente desencadenando dolor, pesadez y hormigueo y con el paso del tiempo pueden aparecer otros síntomas como pigmentación cutánea, varices pélvicas, celulitis, úlceras vasculares, trombosis, tromboflebitis, etc., entre otros síntomas.
Tipos de varices
- Arañas vasculares (inferior a 1 mm).
- Varices reticulares (1-3 mm).
- Venas varicosas (mayor a 3 mm).
- Varices tronculares (en grandes vasos).
Las medias de compresión pueden ser un gran aliado en esta patología vascular, encontrándose disponibles las siguientes compresiones:
- Compresión ligera (18-24 mm Hg) y normal (22-29 mmHg), recomendadas para mejorar la circulación de las piernas cansadas, cuando exista cierta predisposición en la aparición de varices, para aliviar la pesadez de piernas en mujeres embarazadas, ante la aparición de pequeñas arañitas varicosas o de varices de moderado tamaño y ante el dolor y cansancio severo en las piernas. También se recomienda su uso para las extensas jornadas de pie o sentado o al realizar viajes largos.
- Compresión fuerte (30-40 mm Hg).
Se recomienda en caso de varices tronculares. En estos casos se debe consultar al médico.
- Compresión extrafuerte (37-49 mmHg).
En caso de insuficiencia venosa crónica con edema o úlceras. En estos casos se debe consultar al médico.
Tratamientos
Ante síntomas leves, es recomendable:
- Practicar deporte hace que la contracción muscular actúe a modo de bomba facilitando el retorno sanguíneo.
- Los masajes ascendentes.
- La ducha con agua fría en las extremidades inferiores.
- Los cambios posturales frecuentes en caso de posiciones mantenidas.
- Elevar los pies de la cama aproximadamente 20 cm para reducir la sensación de pesadez de las piernas.
- La terapia de Kneipp, que consiste en el uso del contraste térmico, una combinación de chorro de agua fría y tibia para estimular el retorno venoso.
- Utilización de medidas de compresión.
Ante síntomas severos:
- Químicos (escleroterapia o inyección de líquido obliterante en el interior de la vena).
- Térmicos (láser).
- Mecánicos (fleboextracción de la vena safena y sus comunicantes o stripping o bien flebectomía por segmentos).
Hay que tener en cuenta que el tratamiento invasivo se reserva a los pacientes sintomáticos que no responden al tratamiento conservador.
Ante cualquier duda, recuerda consultar siempre con el especialista.