Deficit de atención, entre enfermedad ficticia y malos hábitos diarios.


Cuántos de nosotros hemos escuchado casos de niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Casi siempre este tema va unido a otros: se pone en entredicho los sistemas educativos, la educación que dan los padres a los hijos, el uso y abuso de videojuegos y la calidad de su tiempo libre… y un largo – y ahora, obsoleto – etc.

Recientemente se abrió la polémica en torno a su ‘descubridor’ Leon Eisenberg: 

El semanario alemán Der Spiegel, en un artículo en que ponía en relieve el aumento de enfermedades mentales en la población alemana, explicó que Eisenberg dijo, siete meses antes de morir, cuando contaba ya con 87 años, que “el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.

Somos responsables de nuestra atención, esa es la realidad

En nuestra vida cotidiana cometemos pequeños errores y adquirimos malas costumbres que también nos crean falta de atención y dispersión, la pregunta es delicada

¿Podemos infundir buenos hábitos de atención a nuestro hijos si somos adultos dispersos?

Nuestra generación está a la puerta de las generaciones donde la tecnología y la vida cotidiana más que darse la mano, ya viven en absoluta sinergia – las distracciones online siguen siendo una constante en nuestro día a día y que todavía muchos adultos no la educan. Puede que seamos nosotros quienes devamos evaluar nuestra atención y los hábitos que enseñamos a nuestros hijos.

4 preguntas preguntas para fijar tu atención

Te invitamos a hacer memoria de tus hábitos cuando estás con tus hijos.
  1. Estudiar con los niños, ¿es divertido para ti?
  2. Cuándo haces los deberes con ellos, ¿tienes música, televisión o el móvil cerca?
  3. Tu tiempo libre en familia, ¿lo ocupan en su mayoría actividades al aire libre o estar en casa?
  4. Cómo es tu día. ¿Te organizas para evitar la multitarea en el hogar?

Consejos para una sana atención para niños y adultos

  • Una cosa a la vez. Olvida la multitarea, no sana y tampoco es signo de eficiencia.
  • Tiempos de descanso. Marca pequeños hitos en las horas de estudio, una vez logrado, un pequeño receso.
  • Disfruta del tiempo presente. Silencia móviles, apaga televisión y si quieres poner música, algo suave y agradable. Disfruta del momento, aprenderás más de tus hijos y de ti.
  • El espejo de tus reacciones. Tus hijos te ven, te imitan. Lo que hagas marca sus primeros referentes de vida.
Y ahora una pregunta ¿Cuántas veces te has distraído al leer este artículo?