ACOFARMA | Convivir con la ansiedad


Hace relativamente poco que el término ‘ansiedad’ forma parte de nuestro vocabulario, pero desafortunadamente esta condición psicológica afecta cada vez a más personas.

Ya en el año 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba de que 1 de cada 4 personas lidiaba con este problema en su día a día. Sin duda, la COVID-19 no ha hecho más que agravar la situación.

La última encuesta sobre salud mental elaborada por el CIS ha revelado que el 6,4 % de los españoles ha acudido al psicólogo o al psiquiatra desde el inicio de la pandemia. De ellos, un 43,7 % fue diagnosticado de ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad alude a todas aquellas reacciones y sentimientos que se generan cuando nos sentimos amenazados, incluso antes de que seamos capaces de identificar cuál es el peligro. Es, a grandes rasgos, una respuesta emocional creada por nuestro sistema nervioso que nos permite sobrevivir.

Las reacciones físicas se desencadenan de una forma muy clara: cuando nuestro cerebro recibe una señal de peligro, comienza lo que se conoce como ‘reacción de huida-ataque’. Comenzamos a respirar más rápido de lo necesario, aumenta nuestra frecuencia cardíaca, nuestras manos empiezan a sudar, nos mareamos…

Se trata de una respuesta adaptativa muy habitual, pero para muchas personas acaba convirtiéndose en un problema difícil de controlar y que puede llegar a condicionar su día a día. Es lo que se conoce como ‘trastorno de ansiedad’.

Trastornos de ansiedad, un problema común

La ansiedad puede llegar a convertirse en un problema patológico. De hecho, la OMS advierte que más de 300 millones de personas la padecerán en el año 2030.

Este trastorno es una condición psicológica que se caracteriza por episodios físicos de huida-ataque, es decir, se dan cuando la ansiedad no desaparece e incluso llega a empeorar con el tiempo.

Los expertos hablan de 3 tipos de ansiedad común: el llamado ‘trastorno de ansiedad generalizada’, en el que las personas conviven con preocupaciones excesivas y obsesivas; el ‘trastorno de pánico’, que lleva a sufrir ataques de pánico repentinos en su día a día y las ‘fobias’, una patología en la que se genera un miedo intenso a algo que debería representar poco peligro o incluso ninguno.

¿Cómo ayudar a quién padece ansiedad?

Cualquier estado de ansiedad es una reacción adaptativa de nuestro cerebro y por lo tanto es difícil de controlar sin ayuda.

Seguramente te hayas encontrado alguna vez en la situación de acompañar a quien está sufriendo algún episodio de estas características y no hayas sabido cómo reaccionar ante el problema.

Los expertos lo tienen claro: lo mejor es mostrarse receptivos. La ‘escucha activa’ es sin duda la mejor forma de apoyar a quien está padeciendo una crisis de ansiedad.

Paciencia, interés y comunicación son las claves. Poner en práctica estos consejos puede ayudarte a acompañarles de la mejor manera.

  1. Lo que dices es importante

‘No estés nervioso’, ‘no es para tanto’, ‘pronto estarás mejor’ o ‘anímate’ son fórmulas que utilizamos a menudo para dar apoyo y que, si embargo, tienen el efecto contrario en quien padece algún tipo de trastorno o problema psicológico. En lugar de esto, opta por comunicar cosas como ‘te apoyo’, ‘podemos hablar cuando quieras’ o ‘estoy aquí para lo que necesites’.

2. Practica la empatía

Ponerse en el lugar de quien sufre un problema de estas características es lo más importante si queremos ayudarles. Recuerda siempre que quien padece ansiedad no ha escogido hacerlo y que todos nosotros podríamos llegar a sufrirla en algún momento.

3. Ofrécele tu escucha

Sin duda alguna, lo mejor que podemos hacer es ofrecer nuestra atención y mostrarnos disponibles para escucharle. Siempre, por supuesto, respetando sus tiempos y su espacio personal cuando lo necesite.

4. Comparte momentos de tranquilidad

Cuando los ataques de pánico son muy recurrentes, una buena forma de ofrecer nuestra ayuda consiste en compartir momentos tranquilos con él o ella. Realizar alguna actividad conjunta que rompa el círculo de apatía puede ayudarle, pero recuerda siempre que no podemos presionarle o obligarle a hacer nada, aún cuando pudiera ser de ayuda para su problema. La idea será siempre disfrutar de la compañía mútua para aliviar el malestar que pueda sentir.

5. Ten paciencia

Cuando convivimos con alguien que padece ansiedad, es normal que en ocasiones perdamos la paciencia. Recuérdalo: sé receptivo a todos sus progresos y celebra cada pequeño logro para sobrellevar la situación.

Por último, lo más importante: busca ayuda profesional. Consulta con un psicólogo o psicóloga, sabrá guiaros y explicaros qué hacer.

Artículo de ACOFARMA. Más info.