ORTOPEDIA | Hablamos de la Epicondilitis


La epicondilitis y la epitrocleitis son las lesiones de codo más comunes, se trata de una inflamación del tendón que se inserta del músculo a la articulación del codo. En la mayoría de los casos, aproximadamente un 90% de este tipo de tendinitis son epicondilitis y el 10% restante se trataría de epitrocleitis.

CAUSAS

Principalmente la inflamación se genera debido a microtraumatismos de tracción repetidas a nivel de inserción de los músculos en el codo.

La epicondilitis, o codo de tenista, es un trastorno que afecta a las personas que realizan de forma frecuente y continuada movimientos de hiperextensión del codo, estos músculos se insertan en una protuberancia situada en el extremo distal externo del húmero denominada epicóndilo.

La epitrocleitis, o codo de golfista, es un trastorno que afecta a las personas que realizan de forma frecuente y continuada movimientos de hiperflexión del codo. Es una patología de la inserción de la musculatura flexora de mano-muñeca en la epitróclea, situada en la parte distal interna del húmero.

SÍNTOMAS

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Dolor a la palpación en el epicóndilo lateral del húmero, zona externa del codo, dolor en la epitróclea o zona medial del codo en el caso de la epitrocleitis
  • Dolor a la movilidad de muñeca
  • Incapacidad para soportar cargas con el antebrazo y muñeca
  • Disminución de la fuerza de agarre por presencia de dolor

TRATAMIENTOS

Farmacológico:

  • Antiinflamatorios
  • Infiltración local de corticoides, en múltiples punciones de pequeñas cantidades con el fin de abarcar la inserción del tendón común de los epitrocleares
  • Infiltraciones locales con ozono

Físico-rehabilitador:

  • Reposo: es fundamental para el control del proceso en la fase aguda
  • Masaje transversal profundo: en pautas similares a las empleadas en la epicondilitis
  • Electroterapia
  • Crioterapia: Aplicado tres veces al día durante 20-30 minutos, en las primeras fases y después de la reeducación y la práctica de la actividad deportiva durante 20 minutos. Hay que tener la precaución de proteger la piel, no poniendo en contacto directo el hielo con la piel.

Reeducación muscular:

  • Stretching: Antes y después del ejercicio, terapéutico y profiláctico de flexores de muñeca y dedos, palmares, pronador redondo y cubital anterior. El estiramiento ayudará a prevenir la rigidez y hace los músculos más flexibles y rompe las adherencias de los tejidos blandos.
  • Ejercicios para potenciar la musculatura del antebrazo. Se puede empezar tan pronto como el dolor disminuya.

Ortesis:

  • Cincha protectora. Es una correa elástica que se pone 3-4cm debajo del codo y hace una compresión a los músculos del antebrazo ayudando a disminuir la fuerza que el músculo transmite al tendón. Al principio, será usado de continuo, pero a medida que el dolor disminuya, solamente será necesario para la protección durante las actividades que tensionan el brazo dañado.