Las Enfermedades Reumáticas


Las enfermedades reumáticas son las relacionadas con el aparato locomotor sin ser causadas por golpes. Pueden verse afectados los huesos, las articulaciones, los ligamentos, las bolsas sinoviales y los músculos, incluyendo los tendones. Este tipo de enfermedades afectan a un 25% de las personas mayores de 20 años.

Las más comunes son:

  • Artritis reumatoide: Se trata de la inflamación en las articulaciones que causa dolor, principalmente, en manos, pies, muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas. Produce rigidez, sobre todo, después de períodos largos de reposo, como suele ser, por la mañana. Puede condicionar la movilidad y la función articular.
  • Artrosis: Esta enfermedad produce una lesión en el cartílago articular. El dolor lo causa el desgaste y las dolencias aumentan con el movimiento, disminuyendo en reposo. No es hereditaria pero sí tiene un componente de riesgo genético que puede hacer que aparezca con más facilidad en los que tienen historia familiar que en los que no.
  • Gota: Se produce cuando se forman cristales de una sal del ácido úrico en los tejidos, con mayor frecuencia en las articulaciones. Aparece con la presencia prolongada de ácido úrico en sangre, en las personas que padecen hiperuricemia, que son los que eliminan en menor medida el ácido úrico por los riñones o el intestino. Es de las pocas que se considera curable si se consiguen reducir los niveles de ácido úrico en sangre.
  • Fibromialgia: Provoca dolor en los músculos y en el tejido fibroso. El dolor es generalizado y con sensación de presión en algunos puntos concretos. Ese dolor puede ir acompañado de inflamación en las manos y pies y de hormigueos poco definidos en las manos.
  • Lupus: El sistema inmunológico genera anticuerpos en contra de sí mismo. Puede afectar a la piel, articulaciones, riñones, corazón, pulmones… Aunque lo más común es que se vean afectadas la piel y las articulaciones. En la mayoría de los casos son las mujeres quienes la padecen.
  • Osteoporosis: Es una enfermedad que produce una reducción de la densidad de la masa ósea. En consecuencia, los huesos se vuelven más porosos y frágiles. Esta enfermedad suele manifestarse cuando se producen fracturas en los huesos, normalmente en caderas, columna vertebral y muñecas. Lo más común es que afecte a mujeres posmenopáusicas. Para reducir los efectos es importante mantener un consumo alto de calcio y aumentar la vitamina D.

Más información: Federación Española de Reumatología