La visión de los presidentes: José Miguel Román y Basilio Valladares


José Miguel Román, quinto presidente de Cofarte (1988- 1990)

¿Cuándo te incorporas a Cofarte?

No tuve la oportunidad de incorporarme en la primera Junta, porque vine de la Península y cuando llegué, ya estaba recién fundada la Cooperativa, hacía como un año. En el primer grupito de valientes que se lanzaron allí, no tuve el gusto de estar. Pero conocí toda su evolución y la marcha de ésta y me gustó mucho el espíritu que le echaron al asunto y las ganas y sobre todo, aunque no sea políticamente correcto, el luchar contra el poder establecido que había en aquel momento, de dominio, eso no me gustaba. Por esto me incorporé lo antes que pude a este grupo.

Viniste de la Península, pero ¿ya habías tenido farmacia?

No, yo en la Península, estaba haciendo la tesis doctoral en nutrición animal con el Profesor Jesús Larralde, en Santiago de Compostela, pero éste tuvo que marcharse a Pamplona cuando le llamaron de la Universidad de Navarra, para impulsar la recién creada Facultad de Farmacia. Me ofreció que me fuera con él, pero tener que cambiar de sitio y empezar de nuevo, tampoco era plan.

Entonces, tú sabes que el amor tira mucho y me vine para Canarias en busca de nuevos horizontes. Aquí, me recibieron tan bien y me sentí tan a gusto, que dije “aquí me quedo”. Tras esto solicité una farmacia.

Poco después de que me la asignaran, me incorporé a Cofarte, entonces  en  la calle de La Salle. Aquello  era como una casita de muñecas, en un local que había sido de Paralea.

Inicialmente me incorporo  a la Junta Rectora, como miembro del Consejo de Vigilancia y ahí estuve en varias Juntas.

En aquella época, nos tocaba hacer de todo. Si había que cambiar un teléfono, tenías que ir a Telefónica a tramitarlo y por lo tanto, aprendías de todo.

En alguna ocasión hubo que venir a despachar, cuando había problemas porque no salían las cosas como era debido.

Los pedidos había que traerlos escritos a máquina y depositarlos en la entrada, un proceso lentísimo.

Nuestra idea era mejorarlo todo, todo era mejorable. Lo que nunca pensé, es que se pudiera mejorar tanto y tan rápido, porque esto es una empresa absolutamente dinámica y con una evolución a un ritmo muy rápido.

¿Cómo recuerdas tu etapa en la Cooperativa como Presidente?

Como te decía antes, pertenecí al Consejo de Vigilancia, luego estuve como tesorero.

Luego me desvinculé de la Junta un tiempo. Llegó un momento, en el que dos compañeros, Basilio Valladares y Juan Felipe Jiménez, vinieron a hablar conmigo al laboratorio que teníamos en la Laguna, a proponerme que si quería ser Presidente de la Cooperativa, ya que según me decían, yo era una persona que gozaba de la simpatía general, en fin, que tenía un perfil que podía ser muy interesante en aquel momento, en el  que habían  surgido ciertas tensiones.

Las tensiones se resolvieron y todo fue a favor, cumpliéndose un objetivo muy importante en aquel momento.

Yo creo que fue una época estable, ya que, al principio estaba la efervescencia del momento y en la fase posterior a cuando yo estuve de Presidente, vino el lanzamiento. Hubo una revolución dentro del sector.

Aquí tuve compañeros de Junta magníficos,  guardo un recuerdo imborrable ellos, porque fueron todos unos magníficos compañeros.

¿Cómo ves la evolución de la Cooperativa?

Yo pienso que en general, la evolución, con sus lógicos altibajos, ha sido tremenda, estamos camino de los cincuenta años. Recuerdo, desde el pedido por teléfono, a los pedidos por un aparatito donde metías los códigos y lo conectabas al teléfono y  la facturación previa.

¿Qué les dirías a los nuevos socios de la Cooperativa, como les explicarías que supone la Cooperativa?

Se lo explicaría, como se lo explico siempre a mis empleados, a mi gente: Mi Farmacia empieza en esa puerta y termina donde termina la Cooperativa. Considero y creo que, nuestra cooperativa es realmente nuestra, además es un colchón, que te está protegiendo y parando los golpes que tú no podrías parar. Protege a tu Cooperativa, vincúlate a ella, porque tu cooperativa eres tú.

Y ¿cómo ves el futuro de la Cooperativa?

El futuro es el complemento de lo que hemos estado hablando. Hasta aquí ha habido una evolución muy continuada e intensa, para llegar desde los orígenes, hasta el momento actual.

Es previsible que de aquí en adelante tal y como están las cosas, tal y como está el mundo farmacéutico, es previsible que haya verdaderas conmociones.

Cuando nuestra cooperativa era pequeña, siempre notábamos que le faltaba cierta dimensión, por eso surgieron cooperativas de segundo grado. Eso significaba ampliar e irnos uniendo, con lo que el tamaño sí que importa. El camino está abierto y nos arrastrará a todos, nos guste o no nos guste, a mí personalmente no me gusta, pero no nos va a quedar más remedio que seguir por este camino. Perderíamos un poco de nuestra esencia…

Siempre he mantenido que el hecho de la insularidad es malo, pero en nuestro caso es buena. Porque aquí muchas empresas no entran, porque es un mercado que no es todo lo grande que ellos quisieran, no siendo tan interesante como esperan.

Por último, agradecerle mucho a la Cooperativa, a todo el personal de la Cooperativa, que siempre y en todo momento ha sido conmigo muy cariñoso.

Basilio Valladares, séptimo presidente de Cofarte (1993- 1997)

“A la clase farmacéutica aquí gracias a la cooperativa se les restructuró su profesión, porque la cooperativa es la rebotica grande de la oficina de farmacia”.

 “Espero que la sensatez y los estudios normales de cuál es la función de una distribución impidan que intereses particulares de determinadas cadenas, de determinadas multinacionales, deterioren la distribución farmacéutica porque es importantísimo para la asistencia sanitaria a través del medicamento a la población, es básico”.

¿Cómo fue tu llegada a la Cooperativa?, háblanos de la evolución de esos años y cuándo entras a formar parte de Cofarte.

Yo entro a formar parte de Cofarte en diciembre de 1972, de la mano de Pedro Évora, de Diego Mota y de Miguel Román Botana, que formaban un grupo de farmacéuticos implicado en nuestra profesión, y cuando me explicaron el modelo cooperativista enseguida vi que el sistema de cooperativa era muchísimo mejor, más equitativo, que el tipo de acciones de una sociedad anónima. Posteriormente, creo que fue en el año 74 ese mismo grupo de farmacéuticos me propusieron entrar en la junta directiva del grupo como Secretario, con Bernardo Bencomo de Tesorero y  Diego Mota de Presidente.

A partir de ahí, mi implicación al desarrollo de la cooperativa farmacéutica fue total y era entusiasta de las cosas que se iban haciendo, volcándome al máximo en el desarrollo de una empresa en la que en determinado momento hubo hasta que poner dinero privado para cubrir los descubiertos en el banco y que no tuviera problemas. Era algo familiar, que luego se fue desarrollando de una forma importante con la contratación Rafael Hernández, gerente durante muchos años, y a partir de ahí se crearon una serie de secciones y la cooperativa cogió una pujanza importante hasta lo que es hoy y soportar más del 70% de la distribución de medicamentos en la provincia de Tenerife.

¿En qué año accedes a la presidencia y cómo fue?

B: Creo que fue en el 93, en 1993. Después de estar de secretario y de tesorero, mi camino estaba yendo hacia la Universidad, pero me vinieron a buscar un grupo de farmacéuticos para ver si quería ocupar durante cuatro años la presidencia porque acababa el periodo de Meme (José Manuel Barrios Afonso) que en paz descanse. Vinieron a hablar conmigo Bernardo Bencomo, Paco Bas, Juan Felipe Jiménez, Chano Bello, un grupito como de 10 o 15 personas y yo les dije que si los demás estaban de acuerdo, aceptaba. Hubo votaciones y con un asentimiento general accedí a la presidencia, intentándolo hacer lo mejor posible.

¿Cómo fue la época que viviste como Presidente?

Siempre ha habido dificultades, pero siempre se han superado. Cuando terminé el periodo de secretario vino el desarrollo del proyecto del edificio donde actualmente nos encontramos. Primero se compró un solar de 12.500 m2 y después, siendo Bernardo Presidente, se compró un solar anexo. Cuando entré de Presidente se estaba empezando a informatizar, se pasó del sistema 32 de IBM a un sistema que fue caótico y luego a otro distinto. Todo esto ha sido poco a poco y tuvimos problemas importantes; recuerdo que en dos ocasiones tuvimos colapso por el deterioro del sistema informático y fue ejemplar el comportamiento de los empleados. Estaban de jefes de turno Miguel Ángel, Lorenzo y Pepe y ellos tres organizaron a todo el personal de la cooperativa para que desde la 7 de la mañana hasta las 9 de la noche hicieran un turno corrido y durante los 2 ó 3 días hasta que se resolvió el problema, estuvieron. Era una gente comprometida con la empresa.

Era como una relación familiar o algo así.

Familiar, pero en una empresa de más de 100 empleados.  Yo tengo un magnífico recuerdo de mi época a pesar de las dificultades, a pesar de aquella apertura que tuvimos que hacer porque se empezaron a generar las cooperativas de cooperativas. Hicimos un buen estudio en la sección de compras, se calcularon los stocks mínimos para evitar las faltas y contar con  Catere fue un acierto extraordinario porque es una gran profesional.

¿Cómo ves la evolución de la Cooperativa y su futuro?

Yo creo que a la clase farmacéutica aquí gracias a la cooperativa se les restructuró su profesión, porque la cooperativa es la rebotica grande de la oficina de farmacia; el que un medicamento, en la isla del Hierro con el transporte en avión le cueste lo mismo al farmacéutico que al que vive en Ofra, es tremendamente importante, es socialmente importante y corporativamente importante, porque no hay diferencia de farmacéuticos de primera ni de segunda, sino farmacéuticos que están prestando una actividad social y sanitaria para la población.

Yo el futuro lo veo francamente difícil; hemos tenido palos en la disminución del margen, hemos tenido palos en la disminución del precio, hemos tenido palos en tener un margen fijo… Desde luego es un auténtica heroicidad lo que ahora se está haciendo y las cooperativas yo creo que son en estos momentos fundamentales y más en Canarias donde el territorio es fragmentado y hay que garantizar que todas las oficinas de farmacia estén bien surtidas para cubrir las necesidades de la salud de la población.

Espero que la sensatez y los estudios normales de cuál es la función de una distribución impidan que intereses particulares de determinadas cadenas, de determinadas multinacionales, deterioren la distribución farmacéutica porque es importantísimo para la asistencia sanitaria a través del medicamento a la población, es básico.  Tiene que haber un concepto claro de lo que es la cooperativa, de lo que es su trabajo en la sociedad y lo que es una asistencia farmacéutica a la sociedad y actuar en bloque y no con intereses particulares.

¿Que les dirías a esos farmacéuticos nuevos que se incorporan, que adquieren farmacia nueva, a esos farmacéuticos que acceden ahora a la oficina de farmacia y que no saben qué es una cooperativa?

Lo primero que haría es explicarle qué es la profesión farmacéutica como oficina de farmacia y la importancia que tiene tener un adecuado stock en la misma para poder prestar una atención farmacéutica;  luego, le traería a la cooperativa y le explicaría qué es una cooperativa y que cuando él paga una acción de la cooperativa, es una acción igual a la de Pedro Évora que lleva 50 años en Cofarte e igual a la de los otros farmacéuticos que llevamos 40 años y que tiene la obligación de colaborar para que esta empresa funcione no sólo con la adquisición de los medicamentos sino con sus ideas.

La Cooperativa es tu empresa, tú no vas a comprar al corte inglés, tú vas a comprar a tu empresa y te vas a surtir de tu empresa y tienes que colaborar para que tu empresa sea óptima.

Actualmente, Basilio, ¿en qué proyectos estás?

Desde que mi hijo acabó la carrera decidí centrarme exclusivamente en la investigación de la Universidad y me dedico a una parcela que son las enfermedades tropicales. Ahí estamos con el Instituto que tiene trabajo en Sudamérica y en África. La verdad es que el trabajo que hemos hecho está siendo visto desde fuera con buenos ojos, de hecho tenemos en Canarias montado no sólo el sistema de diagnóstico de enfermedades tropicales sino de protección, un sistema para que no entren enfermedades tropicales en Canarias con el que trabajamos en combinación con la dirección General de Salud Pública. Estamos montando laboratorio en África y en Sudamérica donde traemos personal de los países y de las zonas donde están montándose los laboratorios para que se formen correctamente y sean ellos los que lleven los laboratorios y puedan caminar luego solos, es decir, ayudamos a que tengan los medios necesarios para que puedan ellos resolver problemas.