La Neumonía


Hay neumonía cuando se inflama el tejido pulmonar a causa de una infección. Los alvéolos, que son pequeños sacos de aire, en los que se realiza el intercambio de oxígeno que pasa a la sangre y dióxido de carbono que se expulsa al exterior, se irritan, se inflaman y se llenan de líquido y material infeccioso, lo que provoca que la respiración del afectado sea dolorosa.

Esta infección produce el mayor número de ingresos hospitalarios. En la mayoría de los casos, afecta a jóvenes y ancianos que viven en residencias o centros de tercera edad. Predomina en varones y en la estación invernal.

Esta enfermedad es también una de las que más muertes infantiles causa, haciendo que cada año mueran cerca de 1.200.000 niños de menos de cinco años.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo más comunes que pueden derivar en una neumonía son tabaquismo, enfermedades crónicas (diabetes mellitus, hepatopatías, cardiopatíasenfermedad renalcáncerenfermedad pulmonar crónicaSIDA), malnutrición, exceso de peso, demencia, esplenectomía (pacientes a los que se les ha extirpado el bazo), bajo nivel de inmunidad, alcoholismo, tratamientos inmunosupresores o con corticoides de manera crónica, entre otras.

SÍNTOMAS

Los síntomas más característicos son: tos, fiebre, expectoración (tos productiva), dolor torácico pleurítico (aumenta con los movimientos de la respiración), dificultad respiratoria, afectación del estado general: sudoración, aumento de la frecuencias cardiaca y respiratoria.

Existen tres niveles de gravedad con tres tratamientos bien diferenciados:

  1. Pacientes que no requieren ingreso hospitalario, sanos, sin datos de gravedad inicial, jóvenes sin factores de riesgo. Estos pacientes realizarán tratamiento y seguimiento ambulatorio.
  2. Pacientes que requieran ingreso en unidad de hospitalización convencional: mayores de 65 años o con patologías añadidas Todos los que presenten síntomas graves.
  3. Pacientes que requieran ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos: en situaciones de extrema gravedad. Pacientes que sufran insuficiencia respiratoria, inestables con alteración de las constantes vitales, fallo en el funcionamiento del riñón, alteración del sistema de coagulación, meningitis o estado de coma.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la neumonía se realiza con antibióticos. Se inicia el tratamiento, aun no habiendo determinado el germen que ha originado la neumonía, ha de iniciarse lo más precozmente posible: antes de las cuatro horas tras el diagnóstico, pues se reduce la mortalidad, las complicaciones y la estancia hospitalaria.

Otras medidas generales para curar la neumonía aparte del tratamiento antibiótico: hidratación, reposo, analgésicos y antitérmicos, oxigenoterapia.

PREVENCIÓN

Prevenir el contagio de la neumonía:

  • Medidas de higiene: lavado de manos, uso de mascarillas para evitar contaminación y dispersión de gérmenes.
  • Dejar de fumar
  • Vacunación antigripal
  • Vacunación contra el neumococo.