El corte de digestión no existe


En algún momento de nuestra vida lo hemos escuchado y más siendo pequeños en los meses de verano.

Tal y como recogen múltiples artículos médicos y más a mano Wikipedia, el corte de digestión es: “término inapropiado, ya que no se trata en absoluto de un fallo del proceso digestivo”.

Hablando con propiedad: El síndrome de hidrocución

En circunstancias normales el cuerpo se adapta rápidamente a los cambios de presión y temperatura.

Al zambullirse en el agua se dan lugar reflejos involuntarios – sumergir la cabeza en el agua supone una disminución de frecuencia cardiaca brusca –  estos reflejos ayudan a mantener el organismo vivo durante más tiempo debajo del agua y disminuyen el gasto energético, además alarga el tiempo necesario para la siguiente respiración de oxígeno en caso de estar sumergido totalmente.

Si estos reflejos se producen de manera extrema, es cuando sucede la pérdida súbita de conocimiento o incluso parada cardiorrespiratoria.

Cuando “hacemos la digestión” el estómago necesita gran cantidad de oxígeno y no tiene otro remedio que tomarlo de los vasos sanguíneos. La hidrocución puede darse sólo por un reflejo de inmersión extremo, en este caso la digestión puede favorecer a que se desencadene ya que el cerebro además recibe menos oxígeno durante este proceso.

Disfrutar sin riesgos

Según explica el jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria (HUNSC), el doctor Pedro Laynez, existen factores que pueden predisponer a cualquier persona a sufrir un síncope de hidrocución, por ejemplo, que la temperatura del agua sea inferior a los 27 grados centígrados.

Recomendaciones, para todas las edades

  • Precaución al introducirse en el agua sobretodo en horas punta de calor, después de ejercicio físico intenso o tras largas exposiciones al sol.
  • Para los más pequeños, siempre gorros  y que disfruten de la sombra durante y después de las comidas.
  • Reposar después de las comidas si son ligeras de 1 a 2 horas y si son copiosas es recomendable esperar de 5 a 6 horas.
  • Ante los síntomas, actuar rápido. Salir del agua si se sienten mareos, visión borrosa o náuseas y si es otra persona que la que los siente, ayudarle. Luego, hacer reposo digestivo durante unas horas y si los síntomas son agudos y persisten, acudir a un centro sanitario para su valoración profesional.
  • Y por supuesto las recomendaciones habituales: mantenerse fresco e hidratado y beber abundante agua, así como hacer comidas ligeras durante las horas de asueto.