En los tiempos en los que vivimos nos hemos dado cuenta de que lo realmente importante somos las personas. La esencia de lo simple, de poder estar, compartir y disfrutar del tiempo que tenemos con quienes más apreciamos. Y en este contexto en el que la responsabilidad y el compromiso individual de cada uno hace que cada gesto sume, lo personal y lo profesional tienen inevitablemente que llegar a un consenso.
Por eso, tener una certificación como empresa familiarmente responsable ( efr) pone de manifiesto que esta ambición por el equilibrio emocional se traduzca en un mayor rendimiento, en un desempeño de calidad, con dedicación e implicación. Tener un reconocimiento como éste, cuando las acciones relativas a él forman parte del ADN de una organización y, por consiguiente, de sus colaboradores internos, solo conlleva beneficios en todos los niveles.
A través de medidas de conciliación se reconoce el esfuerzo de los trabajadores y se refuerza el sentimiento de pertenencia, que se traduce en una mayor productividad y en un motivo más para que COFARTE siga trabajado para estar y destacar como una organización de referencia.