Cáncer de pulmón


Los pulmones son dos órganos que pertenecen al aparato respiratorio y se encuentran en la caja torácica. Su tamaño depende del espacio que ocupe el corazón, por lo que el pulmón derecho es más grande. El aire consigue llegar a ellos por medio de la tráquea y su función principal es el intercambio gaseoso con la sangre: los pulmones reciben oxígeno, el cual, a través de la sangre, sale transformado en dióxido de carbono.

El cáncer de pulmón aparece cuando las células, que se encuentran en él dividiéndose regularmente para sustituir a las ya envejecidas, inician una división incontrolada. Es a la larga cuando se genera un tumor o nódulo, el cual se convierte en maligno cuando invade tejidos y órganos.

Los principales factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer este tipo de cáncer son:

  • El tabaco. Aumenta el riesgo entre 10 y 20 veces más que una persona no fumadora. Los que son fumadores pasivos también aumentan su riesgo aunque en menor medida.
  • Contacto con asbesto (minería e industria textil), petróleo y derivados, exposición al níquel y al radón.
  • La edad. Cuanto mayor somos, más riesgo corremos, al igual que ocurre con otro tipo de enfermedades.
  • La genética. Si existen antecedentes familiares, el riesgo de padecerlo se multiplica por cuatro.
  • El padecimiento de enfermedades pulmonares benignas.

Además, los síntomas que reflejan la existencia de este tipo de cáncer son bastante notables. Entre los más destacados se encuentra la tos, que es el síntoma más frecuente, expectoración sanguinolenta, disnea o falta de aire, dolor torácico, disfonía o cambios en la voz, disfagia (sensación de que la comida no termina de bajar por el esófago).

Puede ser diagnosticado de muchas formas: análisis de sangre y orina, radiografía de tórax, broncoscopia o bien una citología de esputo, que es la secreción que se produce en el sistema respiratorio.

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