ORTOPEDIA | Hernia Discal por José Llorens


CLÍNICA

Las vértebras poseen un disco intervertebral formado por un anillo fibroso que contiene en su interior una sustancia gelatinosa que constituye lo que de denomina núcleo pulposo. Cuando soporta una carga excesiva, el núcleo se desplaza y comprime la raíz nerviosa, la presiona y produce un intenso dolor. También por cargas repetitivas se puede producir una degeneración del disco, favoreciendo la artrosis y produciendo un bloqueo lumbar muy doloroso.

Una hernia puede aparecer a cualquier altura de la columna, aunque las más habituales, en el 95% de los casos se producen entre L4-L5, L5-S1, C5-C6 o C6-C7.

SÍNTOMAS

Se produce un dolor intenso, agudo y repentino, limitando la movilidad.  En una hernia los síntomas de dolor local agudo de espalda preceden o coinciden con los síntomas neurológicos, que es el elemento distintivo de la hernia discal.

Aparece una sensación de entumecimiento, si es lumbar en piernas y si es cervical en manos, lo que provoca perdida de sensibilidad, cosquilleo y perdida de fuerza en extremidades.

Cuando las vértebras afectadas se encuentran entre la L5 y S1 es característica la aparición de la ciática, además causa dolor en la zona lumbar por la sensibilidad propia del disco. El dolor es típicamente mayor al toser y al sentarse (por ejemplo, montando en coche) que al acostarse; suele ser mayor de pie quieto que caminando. Otro síntoma frecuente son las parestesias (sensación de hormigueo) en pierna y pie.

TRATAMIENTO

Existen diversos tratamientos que se aplican en función de la sintomatología de las hernias discales, desde tratamientos conservadores como la educación del paciente mediante modificaciones posturales y de la actividad para reducir los síntomas, la aplicación de calor local, hidroterapia, electroterapia, radioterapia, utilización de medicamentos relajantes, paracetamol y otros antinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno y en los casos más extremos, la cirugía.

Desde el punto de vista ortésico la inmovilización y la descarga mediante corsé y/o fajas semirrígidas han demostrado una gran efectividad solos o en conjunción con el tratamiento quirúrgico.

 

Ante cualquier duda, recuerda consultar con un especialista.