Con la llegada del verano nos toca la tarea de decidir el protector solar que utilizaremos y el tiempo que le podemos dedicar al sol. Debemos comenzar conociendo el fototipo de nuestra piel para realizar la elección más adecuada.
El fototipo es la capacidad de la piel para absorber la radiación solar. Estará determinado en función del tono de la piel, del color del cabello, de la presencia o no de efélides (pecas), de la capacidad del individuo para padecer quemaduras solares o, por el contrario, su capacidad para broncearse.
La clasificación más aceptada es la de 6 fototipos del reconocido dermatólogo norteamericano Doctor Fitzpatrick:
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Fototipo I. Piel muy clara, no se broncean nunca, suelen quemarse con mucha facilidad. Por ello, son las que más cuidados necesitan y su protector solar debe ser de la máxima protección.
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Fototipo II. Piel clara, pueden llegar a broncearse lentamente, aún así, también suelen tener facilidad para que su piel se queme. El producto que debe utilizar debe contar con una protección solar muy alta.
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Fototipo III. Piel de clara a mate, si no adoptan precauciones o las tomas de sol son de larga duración pueden llegar a quemarse la piel. La protección adecuada para ellos debe ser alta.
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Fototipo IV. Piel mate, sólo llegan a sufrir quemaduras en su piel si se exponen al sol durante mucho tiempo. Deben usar protector solar de una graduación media.
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Fototipo V. Piel morena, es muy raro que su piel se queme, sólo ocurre cuando su exposición al sol es de manera excesiva. Aún así ellos también necesitan utilizar protección solar de una graduación menor.
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Fototipo VI. Piel negra, es muy difícil llegar a quemarse dada la alta pigmentación de la piel. En estos casos la exposición al sol debe ser protegida con un factor bajo, pues las radiaciones en exceso también son nocivas.
¿Cuál es el protector solar adecuado?
¿Cuando y cómo debe aplicarse el Fotoprotector?
Se deben aplicar unos 30 minutos antes de la exposición al sol, de forma abundante. Después se repetirá la acción cada dos horas, exceptuando si realizamos alguna actividad que pueda eliminar la aplicación, tal como hacer ejercicio físico, después de un baño, secarnos con la toalla…
Aplicar capas superpuesta de protector solar no aumenta su eficacia. Si nos estamos medicando, debemos comprobar que los medicamentos no sean fotosensibilizantes, pues podrían generarnos quemaduras en la piel.
Disfrutar del verano protegiendo nuestra piel nos dará un futuro mucho más sano, consiguiendo beneficiarnos de las acciones positivas del sol. Sobre todo no abusemos de él, broncearnos con precaución.