Andropausia, ¿el final de la vida sexual?


Envejecer es un proceso humano y natural y cada cultura lo enfrenta y afronta, de manera particular. En el caso del hombre esta ‘pausia’, pausa en griego, es el momento en que su actividad y deseo sexual va en descenso o merma.

Andropausia no es el termino adecuado

Según el Institut d’Andrologia i Medicina Sexual en Barcelona, ‘andropausia’ no es el término correcto, ya que en términos fisiológicos no es comparable con la menopausia de en la mujer.

La edad avanzada en el hombre no comporta la pérdida de la capacidad fértil (producción de espermatozoides) ni cambios hormonales de forma constante. No obstante, entre el 20 y el 40% de hombres mayores de 50 años presentan una disminución en los niveles de testosterona (hormona masculina), pudiendo dar lugar a diversos síntomas. A esta entidad clínica se le denomina en la actualidad “síndrome del déficit de Testosterona”.

Se aconseja de manera general, que los hombres mayores de 50 años se hagan con cierta regularidad mediciones de testosterona mediante análisis de sangre.

Deseo sexual en la tercera edad ¿tabú? 

Para muchos jóvenes es un tabú pensar o imaginar que sus padres y mucho menos sus abuelos puedan y tengan relaciones sexuales. De hecho, muchos las tienen y de la misma forma, comparable con los jóvenes: mucho, regular, poco o nada.

Se da por hecho que la vida sexual en la tercera edad no existe. Culturalmente, se han convertido en personas asexuadas. Este tabú sigue presente en nuestra cultura a pesar de todas las avances en el terreno de la sexualidad entre las personas. 

Como recoge la la web Lanocheamericana.net

Entre dos personas que se saben mayores no hay posturas extrañas, hay lo que hay y se disfruta igual que cuando uno es joven.

Mente sana en sexo sano

En España hay casi ocho millones de mayores de 65 años. Un 60% de los mayores de 65 años dicen tener una vida sexual placentera – según un estudio de la Sociedad de Medicina de Familia. El restante 40% confiesa tener problemas para tener satisfacción plena o han renunciado al sexo, ya sea por falta de pareja, viudez o algún tipo de enfermedad.

Al margen de las estadísticas, como reflexión personal, proponemos en que se piense sobre la sexualidad como algo implícito en el ser humano y que ha de ser disfrutado durante la vida como una forma de conexión corporal y sentimental y que esta no está regida por edades, tiempos o patrones sociales.